jueves, 26 de noviembre de 2009

Uluru, donde el desierto da a luz colinas rojas

Pues si, nuestra primera parada en Australia nos llevo a su mismo corazon: a Ayers Rock, (o Uluru como lo llaman sus primeros habitantes, los aborigenes) situado en medio del desierto que ocupa gran parte del continente.


Alli, el desierto es rojo, y como no las colinas que surgen de el, tambien lo son. Porque no solo existe Uluru, aunque sea la mas estetica y conocida; tambien hay otras formaciones rocosas del mismo tipo, por ejemplo Kata Tjuta, en el mismo parque y a escasa distancia, u otras que se aprecian mas lejos en el horizonte.


Nada mas llegar, Uluru nos dio la bienvenida desde la distancia con un fantastico anochecer con Arcoiris incluido,



Para todos aquellos que piensan que en el desierto no llueve nunca, a nosotros nos recibio con una tormenta que casi destroza nuestra tienda de campanya, y la de algunos vecinos... Eso si, toda el agua, y era bastante, desaparecio en minutos con la increible sequedad ambiente (si, no baja humedad..., directamente sequedad que te dejaba como una momia a la minima).

A la manyana siguiente nos despertamos con el alba y fuimos a ver el amanecer al lado de la gran roca roja, para aprovechar los colores y el frescor de la manyana. Aqui Cris, todavia con carita de suenyo y un buen jersey para el fresquito (pronto nos sobraria hasta la camiseta...)


Despues de la sesion fotografica de rigor, (el video es mejor... si funciona)





nos dividimos. Yo cogi camara y agua para llenar una piscina y me lance a subir Uluru, mientras Cris se paseaba por la base. La separacion no fue tanto un tema fisico sino ideologico. Los aborigenes te piden que no subas por respeto a su cultura y a considerarlo sagrado, mientras que los directivos del parque que comparten derechos lo dejan opcional para no perder turistas. Yo, acepto los reproches de mi falta de consideracion, pero con mi aficion a subir rocas desde pequenyo (que no escalar) no podia dejar de experimentar las sensaciones de subir la piedra mas grande que habia visto en la vida.

Y valio la pena. La ascension es muy extenuante, con rampas iniciales de casi 45 grados, solo factible para la mayoria de publicos gracias a una cadena pegada a la roca, (para que os hagais una idea...)



Asi que recomiendo hacerla tempranito y sin calor. Luego, desde arriba, las vistas son impresionantes: roca roja pulida por el viento y la lluvia, con una superficie escamosa (como de piel envejecida o yeso cuarteado), recovecos (llenos de agua por las lluvias del dia anterior), conductos horadados y cascadas negras como lagrimas que dibujan los torrentes en su descenso vertiginoso hacia el desierto, plano, absoluto, inabarcable, que se extiende hasta el horizonte en todas las direcciones. Ademas, los juegos de sombras del amanecer, todavia lo hacian mas especial. No creo que las fotos puedan dar una idea de todo lo que se percibe, pero ahi va una por si acaso...


Y en la distancia como os dije, Kata Tjuta, un laberinto de canyones y rocas, (tambien sagrado por si os lo preguntabais)


Luego, ya reunidos de nuevo, recorrimos una parte de la base de Uluru, aunque el calor ya nos impidio rodearla. Es otro mundo comparado con la cima, cavernas y rocas desprendidas se suceden hasta llegar a pequenyos estanques a pie de roca que concentran la lluvia de toda la montanya y dan un poco de vida al desierto.



Al mediodia siempre volviamos a nuetro camping que, por fortuna, tenia piscina, y algo de sombra (imprescindible para soportar el calor y la sequedad del lugar). Y por la tarde con el fresco volviamos a pasear por el desierto. Habia buenas vistas desde algunas dunas...

Aqui Jordi estropeando el paisaje entre matorrales y con Uluru al fondo...



Al dia siguiente, tambien amanecimos temprano para visitar Kata Tjuta,

donde disfrutamos de un buen paseo, y de nuestro primer canguro, y en libertad!! Aqui lo pille huyendo de los turistas manyaneros con su cria entre salto y salto.... (quedaros con la que prefirais)


Y para acabar de digerir tantas emociones, no hay nada mejor que el precioso anochecer, rojo como el desierto, que nos regalo la noche de la despedida (foto de una simpatica australiana que nos pillo por la espalda y a traicion, muchas gracias Kelly!!)

2 comentarios:

  1. Hola chavales

    Era el año 1986. Siempre me acordaré del día que recibimos una carta enorme con sellos de Australia. Olivier y Cristina, mis hijos, saltaron de alegría. La señorita en el colegio había pedido un trabajo sobre Australia...Yo había tenido la idea de escribir a la Oficina de Turismo de Brisbane. Nos mandaron una documentación completa de Australia con unas fotos maravillosas...Ayers Rock...26 años más tarde, Cristina ha hecho realidad ese sueño de niña. No podía soñar con una foto más bonita que esa foto de anochecer en el desierto de Australia. Gracias Kelly. Besos. Mamá

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